Neil Harbisson nació como todos nosotros, humano, pero desde el 2004 dejó legalmente esa condición para convertirse en el primer cyborg del mundo! No os alarméis, no es un terminator enviado del futuro para eliminarnos, podríamos calificarlo como “posthumano”.
Es un chico encantador, residente en Mataró y reparte su tiempo entre su carrera como artista contemporáneo y al activismo cyborg, a través de la Cyborg Foundation.
Cómo él explica, su condición visual acromática no es en absoluto una minusvalía sino todo lo contrario. Gracias a un dispositivo electrónico puede traducir las frecuencias electromagnéticas de los colores en sonidos (notas de mayor o menor longitud de onda e intensidad), lo que le permite percibir un mayor rango de matices de la realidad que nosotros. Para él el mundo cobra una nueva dimensión sensorial que va más allá de los simples tonos RGB que todos conocemos. Puede, por ejemplo, pintar una sinfonía de Mozart o escuchar la melodía de un rostro.
Nos podría parecer que el continuo input de notas sonoras en nuestro cerebro resultaría incomodo o incluso agobiante, pero para Neil no es así en absoluto. En un corto plazo de tiempo, su cerebro incorporó ese nuevo sentido como uno más, llegando incluso a oír el azul del cielo de foto en blanco y negro. No solo eso, sino que para él, el momento clave fue el día en que sus sueños estaban repletos de notas musicales. Fue entonces cuando supo que se había convertido en cyborg.
Ya hay mucha gente que, como Neil, han ampliado sus sentido y, según el cyborg, en un futuro no muy lejano ésta será una práctica muy habitual. En una era en la que queremos estar permanentemente conectados, quien sabe si en breve los dispositivos móviles pasaran a formar parte de nuestro cuerpo, conectados directamente a nuestro cerebro.
Dreamer Dani Roig
